TRANSFUSIÓN DE SANGRE

 Las transfusiones de sangre es un tratamiento médico en respuesta a una serie de signos y síntomas de los pacientes como anemia, baja volemia, etc. 

Desde el momento que se inicia el proceso de transfusión se inicia la búsqueda en el banco de sangre de la mejor transfusión posible para el paciente teniendo que coincidir siempre el grupo sanguíneo y el Rh. Una vez hallado todos los requisitos se procede a realizar una prueba de compatibilidad utilizando una lanceta para la extracción de una gota de sangre a la cual se el añade dos soluciones: una que hace responder a los anticuerpo anti-a y otro a los anticuerpos anti-b. En el caso de que el resultado sea lo esperado se puede empezar a administrar la sangre. 

Por lo general se transfunde mas de una bolsa, casi siempre dos bolsas de sangre. Entre cada bolsa se suministra una ampolla de furosemida que es un fármaco diurético, debido a que la administración de la bolsa de sangre produce un mayor trabajo a nivel renal este fármaco lo que provoca es una mayor diuresis y por tanto una menor carga renal. Una vez el fármaco hizo efecto se puede transfundir una segunda bolsa. 

Antes de la suministración de sangre hay que comprobar una serie datos: en primer lugar que el paciente sea el correcto y que el número de bolsa corresponda con el número que aparece en la hoja de transfusión, además. Además antes y después de suministrar la bolsa de sangre se debe mirar las constantes por si acaso la sangre produce un efecto adverso en el paciente.

En los días posteriores a la transfusión se suelen realizar controles para conocer el estado actual del paciente, proporcionando la información si es necesaria una segunda sesión de transfusión. Generalmente estos estudios se enfocan en datos bioquímicos: hematocrito, osmolaridad, volemia, etc. Pero también se pueden tener en cuenta otros factores como temperaturas bajas, bajo nivel de consciencia, etc.