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1 de diciembre de 2022

SONDA NASOGÁSTRICA CORGRIP




En primer lugar, una sonda nasogástrica es un tubo de plástico que va desde la nariz al estómago, o hasta alguna porción del intestino delgado, cuya función principal es la administración de alimento o medicamentos a aquellos pacientes con complicaciones en la ingesta, ya sea por el padecimiento de alguna enfermedad o por la protección de la zona tras una cirugía. 

Son de gran utilidad, facilitando la recuperación del paciente y el trabajo del personal de enfermería. Pueden estar hechas de múltiples materiales; como silicona, PVC, poliuretano... y tener un número distinto de luces según el tipo de sonda y la aplicación que se le quiera dar, variando de una sola luz (Levin), hasta tres (Sengstaken-Blakemore). Tienen una longitud de 90 a 120 cm, y su calibre se mide en Frenches (Fr) siendo las de 5 las más pequeñas, aunque pueden llegar hasta los 30. No obstante, las más utilizadas en adultos rondan desde los 8 a los 14 Fr.

En este vídeo nos presentan una nueva sonda innovadora, la Corgrip, la cual se diferencia del resto por su capacidad para anclarse al paciente y dificultar su retirada sin la ayuda de una enfermera. Esto a pesar de parecer un poco incómodo, a veces resulta necesario porque en el hospital muchos son los que sin querer o porque les molesta, deciden quitarse una sonda nasogástrica por su propia cuenta tirando de ella, lo que les puede ocasionar lesiones y retrasar la curación, a mayores del gasto de tiempo y recursos del personal sanitario que emplearán en recolocarla para que continúe realizando su función.


La Corgrip se compone por un catéter blanco por el que pasa un cordón con un imán en la punta, un catéter amarillo con otro imán, una pinza especial que solo puede abrirse con una púa, y lubricante para facilitar el proceso. Para su colocación, se retiran los protectores de los catéteres, se lubrican enteros excepto las puntas imantadas, y se introducen uno por cada orificio nasal a la misma altura. Una vez pasado el tabique, ambos imanes se deberían unir, de modo que cuando se retire el catéter blanco por el que pasaba el cordón, se deslizará a través de este dejándolo dentro de la cavidad. A continuación, retiraremos el catéter amarillo, que arrastrará consigo el cordón, de modo que rodee todo el tabique nasal. En este momento se coloca la pinza a 1 cm de la nariz, agarrando la propia sonda junto con los dos extremos de los cordones a los cuales se les realizará un doble nudo para una mejor fijación, pero apreciando que no quede tensión sobre los mismos. Para finalizar, se corta lo sobrante y la sonda ya estará completamente fijada.

En el momento que se desee retirar, se necesitaría abrir la pinza con la púa facilitada, y cortar uno de los cordones para así retirarlo tirando de la parte que tiene el nudo. De este modo, ya estaría liberada y se podría trabajar con ella como con cualquier otra sonda.



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