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20 de diciembre de 2022

GUANTES ESTÉRILES

Los guantes estériles forman parte del material hospitalario que emplea el equipo sanitario para realizar procedimientos que requieran de completa esterilidad, previniendo así la transmisión de microorganismos de las manos del personal al paciente. Los enfermeros los emplean sobre todo para la realización de curas quirúrgicas, aunque también son necesarios en otros múltiples procesos invasivos como la colocación de una sonda vesical, una cateterización vascular central, o para la manipulación de material estéril en quirófano.


En el vídeo se muestra la técnica empleada para su colocación, la cual se debe seguir para mantener esa esterilidad, evitando su contaminación. Lo primero que debemos hacer es seleccionar unos guantes de nuestra talla, lavarnos bien las manos, y abrirlos sobre una superficie limpia y plana. El envoltorio interno los protege, por lo que podremos manipularlos mientras que no despleguemos las solapas.


A continuación, los abriremos con cuidado por las lengüetas del interior, mostrando así los guantes. Para su colocación es preferible comenzar con la mano dominante, pero cada uno es libre de elegir de qué manera le resulta más sencillo. Agarraremos el guante por su parte interna que va a estar en contacto con nuestro brazo, e introduciremos la mano con cuidado para no tocar la parte externa hasta que todos los dedos estén en su sitio.

Ahora nuestra primera mano ya se encuentra totalmente estéril, y no podrá entrar en contacto con otras superficies contaminadas, como por ejemplo nuestra ropa o la otra mano sin ir más lejos. Por ello, para colocarnos el segundo guante deberemos hacer al revés, solo podemos tocar la parte externa que no entrará en contacto con nuestra piel. Para ello lo agarramos por la doblez externa como si fuera un bolsillo, y metemos toda la mano.


Para finalizar, entrelazamos los dedos de ambas manos para una mejor fijación de los guantes y nos aseguramos de que no toquemos ninguna superficie que no este esterilizada mientras realizamos el procedimiento que necesitemos.

Para la retirada de los guantes, debemos evitar lo máximo posible el contacto con nuestra superficie corporal, por lo que nos quitaremos un guante sujetándolo con el otro por un extremo, y el siguiente volviéndolo del revés e introduciendo el primero en su interior. Los desecharemos y nos lavaremos las manos para terminar el proceso.


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