En el vídeo se muestra la técnica empleada para su colocación, la cual se debe seguir para mantener esa esterilidad, evitando su contaminación. Lo primero que debemos hacer es seleccionar unos guantes de nuestra talla, lavarnos bien las manos, y abrirlos sobre una superficie limpia y plana. El envoltorio interno los protege, por lo que podremos manipularlos mientras que no despleguemos las solapas.
Ahora nuestra primera mano ya se encuentra totalmente estéril, y no podrá entrar en contacto con otras superficies contaminadas, como por ejemplo nuestra ropa o la otra mano sin ir más lejos. Por ello, para colocarnos el segundo guante deberemos hacer al revés, solo podemos tocar la parte externa que no entrará en contacto con nuestra piel. Para ello lo agarramos por la doblez externa como si fuera un bolsillo, y metemos toda la mano.
Para finalizar, entrelazamos los dedos de ambas manos para una mejor fijación de los guantes y nos aseguramos de que no toquemos ninguna superficie que no este esterilizada mientras realizamos el procedimiento que necesitemos.
Para la retirada de los guantes, debemos evitar lo máximo posible el contacto con nuestra superficie corporal, por lo que nos quitaremos un guante sujetándolo con el otro por un extremo, y el siguiente volviéndolo del revés e introduciendo el primero en su interior. Los desecharemos y nos lavaremos las manos para terminar el proceso.
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